El remake de Until Dawn para PlayStation 5, es como un soplo de aire fresco para este querido juego de terror lanzado originalmente en 2015. No se trata de un simple remaster; es una reimaginación completa construida con Unreal Engine 5, ofreciendo gráficos impresionantes, jugabilidad mejorada y una inmersión que rinde homenaje al original mientras se expande en su atractivo.

Una de las mejoras más notables que he notado son los gráficos. Las texturas son súper detalladas, los modelos de personajes se ven más nítidos, y los efectos de iluminación y sombras son de otro nivel. La atmósfera que hizo del original un clásico del terror está más viva que nunca. Los escenarios de Blackwood Mountain, desde los bosques nevados hasta las cabañas sombrías, me han impresionado con su realismo. Y las animaciones faciales de los personajes realmente añaden una capa emocional a cada escena.

El remake aprovecha las capacidades de hardware de la PS5, como el trazado de rayos y el audio 3D. Esto significa que la iluminación es aún más dinámica, con antorchas parpadeantes y la luz de la luna colándose entre los árboles. Además, la retroalimentación háptica intensifica la experiencia; se siente todo, desde los latidos del corazón en los momentos más tensos hasta el crujido de la nieve bajo los pies mientras los personajes se adentran en la oscuridad.

Un cambio que realmente me llamó la atención es el nuevo modo de cámara en tercera persona. Este giro respecto al sistema de cámara fija del original me permitió explorar con más libertad y descubrir detalles ocultos en los entornos. La cámara sigue los movimientos del jugador de cerca, creando una conexión más íntima con los personajes mientras reaccionan a los peligros que los rodean. Aunque esto mejora la sensación de control, también altera un poco esa tensión cinematográfica que caracterizaba al original.

El juego también trae nuevos elementos interactivos, como ubicaciones ampliadas y una narrativa ambiental más rica. He encontrado coleccionables y pistas ocultas que realmente enriquecen la historia. Las animaciones contextuales, como los movimientos de los personajes cuando están heridos o aterrorizados, hacen que cada partida sea única y más inmersiva.

El diseño de sonido en este remake es increíble. La banda sonora, compuesta por el aclamado Mark Korven, conocido por su trabajo en The Witch y The Lighthouse, se adapta a las acciones del jugador y a los caminos narrativos. Esto genera una experiencia cautivadora que sumerge a los jugadores en el horror, con momentos de silencio inquietante que se interrumpen con ruidos abruptos.

Además, hay un “modo medianoche” diseñado para esas sesiones de juego nocturnas, ajustando los niveles de audio para no asustar a quienes están cerca. Es una característica ingeniosa que me ha permitido disfrutar del juego sin molestar a nadie.

En cuanto a la narrativa, el remake se mantiene fiel a la historia original, donde un grupo de adolescentes queda atrapado en Blackwood Mountain siendo perseguidos por fuerzas misteriosas. Sin embargo, los desarrolladores han profundizado en aspectos emocionales que no se habían explorado del todo. El sistema narrativo ramificado, donde las decisiones de los jugadores afectan el desenlace, sigue presente, lo que hace que cada partida sea única.

Aunque el juego corre a un máximo de 30 FPS para mantener esa presentación cinematográfica, logra ofrecer una experiencia de terror al estilo de Hollywood. La historia está llena de giros y revelaciones, como si estuviera jugando a través de una película de terror interactiva. Desde el casting hasta la captura de movimiento, todo se ha mejorado para crear una experiencia fluida y emocionalmente atractiva.

Para los amantes del horror y los que disfrutaron del original, este remake se siente como la versión definitiva de Until Dawn, convirtiéndolo en una experiencia imprescindible para quienes adoran los juegos de terror inmersivos y basados en decisiones.