Pinche Gringo BBQ celebra el 4 de julio con sabor, música y un mensaje sin fronteras

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El pasado 4 de julio, Pinche Gringo BBQ volvió a hacer de las suyas y lo hizo en grande: más de 1,300 personas se dieron cita para celebrar el Día de la Independencia de Estados Unidos en pleno corazón de la Ciudad de México. ¿El resultado? Una de esas fiestas que no se olvidan: multicultural, ruidosa, llena de ritmo, risas… y sí, mucha carne ahumada.

Bajo el lema «4th of July sin fronteras», el restaurante se convirtió en un cruce alegre de culturas, donde mexicanos, estadounidenses y visitantes de todos lados se mezclaron sin más credencial que las ganas de pasarla bien. Desde temprano, el lugar ofrecía un menú que olía a Texas, juegos de feria que recordaban los carnavales gringos, y un toro mecánico que sacó más de un grito (y varias caídas memorables).

Y por si eso fuera poco, hubo música non-stop durante ocho horas. La selección fue tan ecléctica como la gente: bluegrass, disco, rock… todos los géneros sonaron y todos se bailaron. Era difícil no moverse con esa energía desbordada que lo envolvía todo.

Uno de los momentos más esperados fue, sin duda, el regreso de la mítica «Eating Brisket Contest», que ya va por su XII edición y es casi religión entre los fans del lugar. Este año, el título se lo llevó Ale Minero, que no solo se ganó $10,000 pesos, sino también el respeto de todos los presentes (y probablemente una buena siesta post-competencia).

Pero la fiesta no fue solo diversión. También hubo un momento de esos que dejan huella. Durante el evento se develó la placa que proclama: “ESTÁ PROHIBIDO DISCRIMINAR EN ESTE ESTABLECIMIENTO”, como parte de la campaña del COPRED. Un acto simbólico, sí, pero cargado de un mensaje poderoso: este espacio es para todos. Acompañaron la ceremonia figuras importantes como Manola Zabalza Aldama, Eréndira Cruzvillegas Fuentes, y por supuesto, los fundadores del restaurante, Dan Defossey y Roberto Luna, que no podían estar más orgullosos.

Y si algo quedó claro entre tanto baile, brisket y comunidad, fue esto: la comida es el idioma universal. En tiempos donde abundan las divisiones, Pinche Gringo BBQ recordó que en la mesa no hay fronteras, solo ganas de compartir. Mexicanos y estadounidenses convivieron como si lo hicieran cada domingo, contando historias, brindando, y saboreando lo mejor de dos mundos.

Como bien dijo Dan Defossey esa noche: «El 4 de julio es más que una fecha; es una invitación a la mesa donde todas las personas y culturas se unen para celebrar los ideales de democracia y libertad… BBQ Sin Fronteras es justo eso: dejar a un lado lo que nos divide, y celebrar lo que nos une.»

Con esta celebración, Pinche Gringo BBQ no solo reafirma su amor por la carne ahumada, sino su lugar como punto de encuentro, de esos que saben mezclar bien la música, el sabor y los valores que realmente importan.