Bruno Velázquez es la prueba viviente de que el talento mexicano está dejando una huella imborrable en la industria de los videojuegos. Como director de animación y co-director en la saga de God of War, Bruno ha sido clave en el renacimiento de Kratos y su mundo, aportando una sensibilidad artística que ha redefinido cómo se cuenta una historia en un videojuego.
Desde que se unió a Santa Monica Studio en 2006, su trayectoria ha estado marcada por los grandes retos y la evolución de una franquicia que ha pasado de ser pura acción brutal a un relato más emocional y complejo. God of War (2018) fue el punto de inflexión donde la relación entre Kratos y su hijo Atreus comenzó a definir la narrativa. Aquí, la animación no solo capturó épicas peleas, sino las sutilezas emocionales que hicieron de la mitología nórdica algo más que un campo de batalla. «Siempre buscamos sorprender a los jugadores», cuenta Bruno, recordando cómo el equipo le dio su toque único a personajes como Atreus, revelado como Loki, pero bajo una nueva interpretación.
El éxito no tardó en llegar. God of War (2018) y God of War Ragnarök arrasaron con premios y nominaciones, incluyendo categorías como Mejor Animación y Mejor Dirección de Arte. Incluso tuvieron el honor de ser nominados en los Premios Annie, donde Bruno recuerda con cariño haber conocido a Guillermo del Toro, quien resulta ser fan de la saga.
El talento de Bruno no solo brilla por la calidad de su trabajo, sino por lo que representa: un mexicano alcanzando la cima en una de las industrias más competitivas del mundo. Es un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se mezcla pasión, esfuerzo y la oportunidad de contar historias de manera innovadora.