El invierno se viene con katana en mano. A menos de 100 días de su lanzamiento mundial, Ghost of Yōtei ya está dejando una estela helada en el hype colectivo, y con justa razón. En pleno countdown al estreno exclusivo para PlayStation 5, Sucker Punch Productions nos suelta un adelanto cargado de tensión, belleza y un gameplay que parece listo para grabarse en los libros de historia gamer.
Este jueves 10 de julio, a las 3 PM hora CDMX, se viene un State of Play dedicado por completo al nuevo título, con un deep dive de casi 20 minutos que promete mostrar lo más crudo, elegante y letal del juego. Los encargados de llevarnos por este recorrido son Jason Connell y Nate Fox, directores creativos del estudio, quienes guiarán la transmisión con todo y combates, armas, personalización y modos que se ven bien intensos. Sí, todo apunta a que Atsu va a robarse más que nuestros corazones: probablemente también nuestra paz mental.
Porque Ghost of Yōtei no es una historia cualquiera. Es una historia de cicatrices. Atsu, la protagonista, no es solo una guerrera badass. Es una sobreviviente de una masacre, una sombra que se mueve entre la nieve con una misión: vengar a su aldea, pero también enfrentar su propio dolor. Lo que viene no es solo un stealth game con combate elegante. Es una narrativa con peso emocional, donde el odio, la redención y la identidad son tan filosos como cualquier espada.
Y lo que vimos —o al menos lo que estamos por ver en este nuevo State of Play— huele a evolución. La fórmula de Ghost of Tsushima se mantiene, pero lo que se vislumbra es más que un sucesor espiritual: es una carta de amor al folclore japonés, al cine de samuráis y a las historias contadas con nieve, sangre y silencio. Todo eso, claro, corriendo como seda en PS5, con un diseño de audio que seguramente va a volarte los audífonos y paisajes que van a pedir a gritos ser fotografiados en modo foto.
Así que sí, Ghost of Yōtei no solo apunta a ser uno de los juegos más esperados del año. También promete ser una experiencia que te va a helar la espalda… y calentar el corazón gamer. Porque a veces, para encontrar justicia, hay que volverse fantasma.
