Hemos llegado a ese punto en el que si no ves el tráiler de algún contenido, lo disfrutas mejor, sobre todo cuando hablamos de cine. El vicio de mostrar las mejores partes de una película en un video de 3 minutos es lo peor que pudimos normalizar. Por eso hoy les pido que vean Barbarian sin antes ver su tráiler. Y ojo, no es que la película sea mala si ves el avance, pero estoy 100% seguro de que vas a disfrutarla mucho más si vas al cine sin saber nada.
Esta es una de esas películas que te lleva en caminos diferentes una y otra vez. Es una cachetada en la cara cada vez que nos demuestran que nada va a ir como lo esperábamos. Por esa misma razón voy a tener cuidado al hablarles de esta nueva película de Zach Cregger. Aunque eso sí, desde el principio sabemos que algo no va bien, Tess (Georgina Campbell) viaja hasta la ciudad de Detroit para una entrevista de trabajo.
Al llegar a su Airbnb se da cuenta que ya estaba siendo ocupado por alguien más. La persona dentro de la casa es Keith (Bill Skarsgård); obviamente al verle la cara sabes que algo malo va a pasar, después de todo hablamos del rostro de Pennywise… En fin, luego de aceptar compartir la casa y pasar la noche ahí, las cosas toman una ruta inesperada.
Barbarian no ofrece seguridad
Creo que solo les podré contar hasta dónde nos quedamos en los anteriores párrafos, al menos en el aspecto narrativo de la película. Me encanta que se toma la libertad de hacer cosas diferentes y busca arriesgarse lo suficiente. La consecuencia de todo es genial, pues logra una sensación de falsa seguridad todo el tiempo, y eso se traduce en: estar en el borde del asiento todo el tiempo.
Esto es el terror a la vieja escuela, en donde nuestras peores pesadillas de alguna manera logran llegar a el plano terrenal. La cinta habla de temas importantes, actuales y notorios; no hay nada más aterrador que la oscuridad del ser humano, ¿No lo creen? Y es algo que Barbarian logra comunicarnos sobre varios ejes, eso sí, sin rodeos.
Puedo decir con alegría que no tratan de relajar el ambiente con comedia, hay muy poco humor y muy versátil. En cuanto a lo demás: hay un excelente control de cámara, luces, colores, sombras y encuadres. Logró que un proceso natural nuestro se convirtiera en una experiencia bizarra, incómoda y aterrante. Los primeros dos actos son geniales, el final está un poco cargado de cosas innecesarias; no obstante Barbarian entiende que no hay nada más aterrador que lo real.