«Capitán América: un nuevo mundo, un intento fallido de llenar un escudo legendario«
El universo Marvel sigue intentando reinventarse, pero con Capitán América: un nuevo mundo, parece que la franquicia tropieza más de lo que avanza. La película, que busca presentar a un nuevo héroe en un escenario post-Steve Rogers, se queda corta en casi todos los aspectos, dejando una sensación de desconexión y falta de propósito que difícilmente pasará desapercibida.
Desde el primer momento, el filme se apresura a mostrar acción y drama, pero lo hace con un ritmo acelerado que no permite respirar. Las tomas cortas y las escenas que no superan los 15 segundos hacen que la trama se sienta fragmentada, como si estuvieras viendo un montaje de momentos inconexos. Y si a eso le sumamos el pésimo CGI, una práctica que Marvel Studios parece haber adoptado como norma últimamente, el resultado es una experiencia visual que distrae más de lo que emociona.
El nuevo Capitán América, aunque tiene un potencial interesante al carecer de las habilidades sobrehumanas de su predecesor, no logra desarrollarse como personaje. Su conflicto interno se siente superficial, y lo mismo ocurre con los personajes secundarios, que parecen estar ahí solo para cumplir una función en la trama sin aportar nada memorable. Ni los protagonistas ni los secundarios tienen un arco que los haga destacar, lo que hace que la historia se sienta plana y carente de emociones genuinas.
Uno de los mayores problemas de la película es que nunca parece encontrar su rumbo. Las refilmaciones se notan a cada momento, creando una sensación de desorden narrativo que dificulta entender qué es lo que realmente quiere contar. ¿Es una historia sobre legado? ¿Sobre identidad? ¿O simplemente un relleno para mantener el MCU en movimiento? La respuesta no está clara, y eso es frustrante.
Y no podemos dejar de hablar de los villanos, que son tan mal utilizados que da pena. Sin profundidad, sin motivaciones claras y con un desarrollo casi nulo, se sienten como un obstáculo más en lugar de una amenaza real. Es como si la película no supiera qué hacer con ellos, y al final, terminan siendo olvidables.
Capitán América: un nuevo mundo es una película que pasa sin pena ni gloria. Al terminar de verla, queda la sensación de que no aportó absolutamente nada al universo Marvel. No hace la diferencia en la línea temporal, no deja huella y, lo peor de todo, no logra justificar la existencia de este nuevo Capitán América. Un mal comienzo para un personaje que, en otras manos, podría haber tenido un futuro prometedor. Por ahora, solo queda esperar que Marvel aprenda de sus errores y mejore en lo que viene.