El Vive Latino 2025 ya pasó a la historia no solo por su cartelazo lleno de leyendas como Los Ángeles Azules, Zoé y Rufus Du Sol, sino porque soundcore, la marca de audio de Anker Innovations, convirtió el sonido en una experiencia que los asistentes no olvidarán. Entre risas, retos musicales y hasta tatuajes que brillaban en la oscuridad, la marca dejó claro que la música no se limita a los oídos… se siente en la piel.
Desde el primer momento, el stand de soundcore fue un imán para los amantes de la música. Con una entrada en 3D de auriculares gigantes, parecía que invitaba a los asistentes a entrar en otra dimensión sonora. Y vaya que lo logró: quienes se animaron a explorarlo se encontraron con una inmersión total en el sonido de alta fidelidad que define a la marca.
El #FeelSoundcore Challenge fue uno de esos momentos que sacó la pasión musical de todos. Con los auriculares puestos, los participantes competían por adivinar canciones con solo escuchar los primeros segundos. Las caras de concentración, los gritos de emoción y hasta los bailes espontáneos demostraron que, más que un juego, era una forma de vivir la música con toda su intensidad.
Pero no todo fue competencia. Con Stick on soundcore, los asistentes llevaron su amor por la música (y por la marca) un paso más allá: tatuajes temporales que brillaban bajo los reflectores del festival. Desde logos hasta diseños creativos, estos detalles se convirtieron en el accesorio más cool de la noche, iluminando sonrisas y buenos momentos.
Y como si fuera poco, soundcore aprovechó el escenario perfecto para presentar su nuevo tesoro: los Space One Pro. Con cancelación de ruido adaptativa, sonido ultra nítido y hasta 60 horas de batería, estos auriculares prometieron (y cumplieron) ser el compañero ideal para perderse en los conciertos o seguir disfrutando de la música mucho después de que terminara el festival.
«La música nos conecta, nos mueve y nos define», comentó Emma Su, Directora de Marketing para América Latina de Anker Innovations. Y en el Vive Latino 2025, soundcore no solo lo dijo, sino que lo hizo realidad. Entre retos, tatuajes brillantes y tecnología de punta, la marca dejó una huella imborrable en cada asistente, recordándoles que el verdadero poder de la música está en cómo la sentimos.
El festival terminó, pero el eco de soundcore sigue sonando. Porque cuando el audio es así de bueno, la fiesta nunca acaba.
